lunes, 13 de junio de 2011

Charla abierta: Cátedra Pueblos Originarios




(ANNPI) La cátedra de Pueblos Originarios volvió a dar una charla abierta frente a la Plaza del Congreso con alumnos del secundario de la Ciudad de Buenos Aires. Representantes de comunidades de Buenos Aires, Chaco y Santa Fe dialogaron con un grupo de casi 30 adolescentes sobre la historia que no se lee en los manuales de historia tradicionales.

“La motivación parte porque hay un desconocimiento total de los pueblos originarios en los colegios. En los programas de estudios entra la cuestión indígena, pero no suele hacerse partícipe a los descendientes que pueden contar su propia historia”, explicó el profesor César Borsone de la Escuela N 18 del barrio Parque Patricios. “Los chicos en general reciben bien estas temáticas porque pueden cuestionarse si tienen ascendencia de pueblos originarios”.

“Nosotros peleamos porque vemos que nuestros alumnos son descendientes de pueblos originarios, pero lo ignoran o les da vergüenza. Es una manera de intentar que se reconozcan al escuchar que alguien lo hizo antes que ellos”, aportó la profesora de Historia Norma Santos. “Desde un ámbito educativo es una manera de acercarlos más porque los libros suelen ser muy fríos. Hay una renovación de profesores que tienen ganas de mostrar la realidad de los pueblos”.

“Ustedes son una generación que les enseñaron que afuera está lo mejor. Ahora, nos damos cuenta que allí también somos discriminados. Nos dicen sudacas. Deben cuestionarse sus raíces y buscar su identidad. Puede que encuentren ahí a los pueblos originarios”, explicó el líder de la comunidad Aymara Daniel Apaza.

Por su parte, la joven dirigente del pueblo Mocovi Romina Aparicio acercó su historia de vida: “Yo en Buenos Aires negaba mis orígenes, no quería reconocer que pertenecía a un pueblo. Mi familia nunca me lo había dicho. A mí siempre me llamaba la atención la cultura indígena. Investigando me di cuenta que yo pertenecía. Mi mamá es bisnieta de un cacique importante”.

“Cuando estuve en la primaria me costaba mucho decir que pertenecía a un pueblo originario. Se discrimina mucho en las escuelas, se los carga. Cuando me capacité y empecé a estudiar, entendí lo que significa pertenecer a un pueblo. No te queda otra que reconocerte. Los valores, los principios de los pueblos son muy fuertes”.

¿Cómo es vivir en comunidad?, preguntaron un grupo de alumnos. La dirigente de la comunidad bonaerense Andrea Quevedo explicó: “No es tan distinto a cómo viven ustedes. Nosotros somos una gran familia. Si a alguien le falta comida, ropa o trabajo todos nos ocupamos de esa persona”.

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