(ANNPI)Alejandro Malowicki es director y guionista de “Las aventuras de Nahuel”, una película para chicos que, novedosamente, incluye viajes a tierras indígenas para contar algunas de sus leyendas. Partiendo de una problemática cotidiana, como el abandono de los niños, logra mostrar otra temática a veces olvidada por parte de la sociedad argentina: las ricas culturas originarias.
Malowicki es un especialista en producciones audiovisuales para niños. Filmó series para TV, documentales y creó la cátedra de “Cine y TV para la infancia” en la carrera de Imagen y Sonido de la UBA, que también dicta en el ENERC y en una escuela de cine de Cuba. Además, todos los años dicta talleres en Guadalajara, México.
-¿Cómo surge la idea de que las leyendas indígenas sean parte central de la historia?
En el origen quise contar una historia a los chicos sobre lo que a mí más me impactaba: el abandono de los niños; cómo contar una historia de un chico que se cree abandonado, aunque felizmente no lo estaba. Lo que pasa es que cuando uno trabaja no sabe en qué va a terminar un tema. Uno está trabajando constantemente por más que esté en el colectivo. Y como yo ya había tratado el tema indígena en una serie sobre escuelas rurales, asocié el abandono de las dos situaciones, el de un chico y de las culturas originarias.
- Que el chico encuentre el libro de leyendas indígenas en la basura ¿simboliza eso?
Claro, eso fue totalmente a drede. Encuentran nada más y nada menos que un libro de leyendas en una bolsa de desperdicios. El problema era cómo yo graficaba eso que pasaba: yo creía que las culturas eran desperdiciadas y estábamos desperdiciándolas. Lo difícil fue cómo se lo decía a los chicos sin entrar en un discurso político. Entonces ahí junté que los chicos abandonados buscan comida en las bolsas y encuentran un libro.
- Dentro de todos los aspectos de las culturas, ¿por qué las leyendas?
La leyenda de todo pueblo, de cualquier pueblo del mundo, tiene la gran sabiduría de lo anónimo. Además, son como los cuentos, como dice Nahuel en la película, y como todo cuento, tienen la cualidad de poder contar historias que les pueden gustar a los chicos porque tienen todos los aditamentos: misterio, aventura, trama, tragedia.
-¿Cómo fue el proceso para elegir las leyendas?
Primero elegí qué culturas trabajar. Necesitaba ubicar las culturas que tuvieran más preponderancia en el territorio que ahora es Argentina. Y me encuentro con las culturas Mapuche, Guaraní, Kolla y Ona. Una vez que tuve los cuatro puntos cardinales cubiertos, empecé a leer leyendas de estas culturas hasta cansarme; de libros, Internet, revisé fundaciones, el museo etnológico. Fue una búsqueda intensa. El trabajo era mucho para poder elegir cuatro que tuvieran que ver con la problemática de Nahuel, ver qué leyenda lo iba a ayudar. Tenía que encontrar una leyenda que me sirviera al núcleo dramático de la película. Y a algunas les hice un toque, pero como son leyendas, uno tiene cierta libertad, pero sin cambiar el sentido de la historia.
-Nahuel se mete en las historias indígenas e interactúa con los personajes ¿qué mensaje hay ahí?
Lo que yo buscaba decir cuando a Nahuel lo meto en el dibujo animado y lo llevo a la cultura indígena, es que todo es uno; nosotros somos uno, no somos nosotros y la cultura del otro, somos gracias a las culturas originarias, por eso se las llaman así. Y bueno, el hecho de que son dos mundos, el de títeres de Nahuel y el animado de las leyendas, complicaba. Entonces ingresa Nahuel en las culturas para que se relacione, que él vaya a las culturas. Que es lo que debe suceder, porque nosotros debemos ir a las culturas y aprender y ese aprendizaje llevarlo a la vida cotidiana.
- ¿Cómo se eligió la música para las escenas de las leyendas?
Lo que quería es que la banda musical en las leyendas tuviera música propia de las culturas. Logré tomar contacto con un músico que es especialista en música indígena, Pablo Martín, y fue una maravilla. Conocía profundamente las distintas músicas de los pueblos, tenía los instrumentos, y los que no, los consiguió. Él compuso y ejecutó la música de cada una de las culturas. Fue una experiencia única.
- Volviendo al disparador de la trama, ¿de dónde viene el interés por el abandono?
El tema del abandono surge de verlo, de sufrirlo. La primera escena (el padrastro se pelea con la madre y el niño se va de su casa) a los chicos les impacta y se quedan bien, porque para los chicos eso no es violencia, para los adultos es. Los chicos reciben mucha violencia por parte de los adultos. Los de todas las culturas sufren agresiones de todo tipo, a veces uno los agrede y no se da cuenta. Y tampoco ellos pueden expresarse, porque se sienten agredidos y no saben cómo expresar ese sentimiento. Las relaciones asimétricas entre el adulto y el niño existen desde siempre. Es terrible lo que la infancia ha sufrido y sufre. No sólo gritarles, también que se los maltrate, que no se los escuche, que no se los tenga en cuenta ¿no es eso agresión? O que se les prohíba cosas sin ninguna razón, que se los mande a dormir sin comer, todavía existen esas cosas, y en familias que se dicen muy cultas o correctas políticamente. No solamente en la pobreza. Los humildes en general tienen una actitud solidaria con los chicos. A veces las agresiones se ven más en gente que tiene dinero y medios. Esa primera escena a los chicos no les sorprende para nada. A los adultos pertenecientes a nuestras clases burguesas, en las que creemos que a los chicos hay que darles sólo cosas edulcoradas, se olvidan que hace 300 años les seguimos contando cuentos de hadas, que son maravillosos, pero son muy duros.
- Al terminar la película aparece el libro del Quijote al lado del de las leyendas ¿por qué?
El Quijote es un ejemplo maravilloso de un individuo que lucha contra las injusticias, por eso lo puse. Cierra la película porque de una manera implícita dice que hace falta justicia.
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